
Alejandra Moreno, Diputada del Atlántico
Por Alejandra Moreno
Crisis sin respuesta
La red departamental de salud del Atlántico enfrenta un colapso generalizado: camas vacías, renuncia masiva de médicos y especialistas, y desabastecimiento de medicamentos. La ESE UNA, principal entidad prestadora, incumple planes de mejoramiento ordenados desde 2003 y acumula deudas con trabajadores y proveedores.
Servicios en parálisis
- Falta de personal: Anestesiólogos llevan un mes en paro (solo atienden emergencias vitales), y médicos renuncian por retrasos de hasta cinco meses en salarios.
- Medicamentos agotados: No hay stock suficiente para pacientes, incluso de básicos como acetaminofén.
- Emergencias limitadas: Hospitales como el Juan Domínguez Romero operan con un solo médico por turno y sin intensivista permanente. Pacientes son trasladados al Cari, sobrecargando su capacidad.
Deudas e irregularidades
Supersalud identificó 49 hallazgos graves en marzo pasado, incluyendo:
- Déficit financiero: Gastos comprometidos sin ingresos suficientes, afectando pagos a proveedores (ej. banco de sangre) y trabajadores.
- Fracaso administrativo: La nueva gerente, Rosmery Wedeking, no ha revertido la crisis. El gobierno departamental (Gobernador Eduardo Verano y Secretario de Salud Luis Carlos Fajardo) guarda silencio.
Consecuencias críticas
- Población vulnerable: Sin acceso garantizado a servicios básicos.
- Riesgo en emergencias: El Atlántico no está preparado para atender una crisis sanitaria mayor.
- Contratos comprometidos: Acuerdos hasta 2037 amenazan la sostenibilidad del sistema.
Un fracaso anunciado
El modelo ESE UNA evidencia su inviabilidad, mientras autoridades omiten soluciones. Sin transparencia ni acciones concretas, la salud de los atlanticenses sigue en peligro.