Durante la apertura de la jornada, el rector Adolfo Meisel dio la bienvenida a los invitados y manifestó que “el diálogo es la esencia de este tipo de eventos”, en los que el intercambio de ideas es protagonista.
Historia, literatura y Bolívar con Marie Arana
La escritora y miembro del Consejo de eruditos de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, Marie Arana junto a Antonio Celia, reconocido empresario y actual profesor del London School of Economics, comenzaron la mañana en una charla llena de reflexiones en torno a la historia, literatura y la labor del editor.
La mujer de origen peruano habló sobre su infancia en Lima, su vida en Estados Unidos y cómo saber cinco idiomas le aportó herramientas al momento de la escritura y la edición. La obra de Arana incluye la autobiografía American Chica: Two Worlds, One Childhood, el guión de la parte latinoamericana de la película Girl Rising, y Bolívar: American Liberator, que reconstruye la vida de una de las figuras más influyentes de la historia latinoamericana. Sobre este libro se detuvieron a debatir Celia y Arana, específicamente sobre la figura de Simón Bolívar.
La invitada comentó que la idea de unificación de América Latina de Bolívar estaba destinada a fallar pues el sistema colonial español estaba diseñado para mantenernos separados. “Los españoles ganaron las guerras de independencia. (...) Por 300 años nos han mantenido separados, la gente en el virreinato de Argentina, de Perú, México, etc… Por ley, no se puede viajar de un lugar a otro, no se pueden hacer negocios. Se nos despojó del poder de inclusive leer y escribir.
No se podía imprimir, no hay había imprenta en el continente aún cuando en Europa era un negocio que se estaba proliferando”, señaló Arana sobre una situación que hasta el día de hoy continúa. “Nos enseñaron a sospechar, entonces los argentinos sospechan de los chilenos, que sospechan de los peruanos, de los colombianos y etc.
Hasta el punto que nuestro lenguaje es un poco diferente, no reconocemos o confundimos términos y frases de los otros. Este es el legado del colonialismo español”, argumentó Arana. Celia anotó que esta situación inclusive se replica dentro de los países, con el ejemplo de las tensiones entre regiones en Colombia. Arana complementó que la violencia, avaricia y fe, son tres conceptos que se han repetido a través de la historia latinoamericana, desde mucho antes de la llegada de los españoles y es un legado que no ha terminado.
El extractivismo, dijo la conferencista, ha sido una máxima de nuestro continente con ejemplos como los Incas, que se apropiaban de tierras, tomaban esclavos y se justificaban desde su propia religión. Por lo anterior, a la llegada de los españoles, en mayor o menor medida, los habitantes de nuestro continente estaban familiarizados con sus prácticas.
Alberto Vergara y la desigualdad en el mundo republicano
El profesor del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad del Pacífico e investigador del CIUP, Alberto Vergara, conversó con Ángel Tuirán, director del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Uninorte, sobre algunas de sus obras y trabajos enfocados en política latinoamericana. Su investigación se ha enfocado esencialmente en los países andinos, observando distintas dimensiones del régimen político: ciudadanía, representación, tecnocracias, accountability, poderes subnacionales, entre otros.
En su libro Ciudadanos sin República, advierte que en los últimos años en Perú ha habido una “construcción incipiente” de ciertos ciudadanos, gracias a un crecimiento económico, a los que se agregan una serie de reflejos políticos y les falta acompañamiento del entramado institucional. “En Perú y en otros países de América Latina creo que los descontentos de los últimos años tienen que ver con un descontento respecto de ese orden, algo que llamaría un orden republicano, que no es solo democracia”, puntualizó el politólogo.
El republicanismo, argumentó, tiene la misión crear una comunidad política de semejantes, cuya misma semejanza permite libertad. ¿Contra qué está molesta la gente?, cuestionó el invitado. Para él, no se trata de desigualdad en términos económicos, sino como designio, porque se retrocede al “mundo de la aristocracia”. “En Estados Unidos, en los años 70, si nacías en la mitad de la pirámide de la riqueza estadounidense, tenías como misión durante tu vida multiplicar tu patrimonio por seis. Hoy tienes que multiplicarlo por doce.
Si donde naces se parece cada vez más al sitio donde vas a morir, eso ya no es una república, es una aristocracia”, señaló Vergara. De acuerdo con el conferencista, el problema de la desigualdad, más que económico, es un asunto de la democracia que no está funcionando, y de la que hay una mayor toma de consciencia por parte de los ciudadanos.
Ha-Joon Chang reflexionó sobre el panorama económico actual
Para cerrar la velada, el rector Meisel acompañó en el escenario a Ha-Joon Chang, economista, profesor de la universidad de Cambridge. El coreano, reconocido por libros como 23 Things They Don't Tell You About Capitalism y Kicking Away the Ladder: Development Strategy in Historical Perspective, habló sobre su rechazo a identificarse con una escuela económica y abogó por una comprensión basada en la situación a analizar, pues según su criterio, cada una tiene elementos de interés. Chang habló sobre la desigualdad económica, un término que ha cobrado relevancia en los últimos tiempos, especialmente en América Latina con focos de protesta en varios países.
Señaló que entre la década del 80 y hasta antes de la crisis del 2008, la desigualdad no era una preocupación para la sociedad y que desde entonces, a través de la narrativa el 1%, se ha reflexionado en torno a cómo manejarla. El invitado planteó la necesidad de la inequidad, puesto que en una sociedad en la que todo es igual para todos no hay incentivos a la innovación, motivación y talento. Es decir, se castiga al que sobresale.
Si existe mucha inequidad, argumentó Chang, se genera una situación parecida a una oligarquía, en la que quienes tienen la riqueza protegen su posición y hay competencia desleal. En este segundo planteamiento también se desincentiva el mejoramiento del capital social pues se vuelven rígidas las clases sociales.
La clave para superar estos retos en América Latina, de acuerdo con el economista, es un nuevo pacto social. “Es el tiempo para que este continente analice lo que ha venido haciendo y que concerte una nueva estrategia para el desarrollo”, dijo el coreano. Para cerrar dio una radiografía sobre el panorama mundial económico. “Hay mucha incertidumbre y muchos elementos cambiantes como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit y el coronavirus”, finalizó.