Al conversatorio asistieron la exreina del Carnaval 2013, Daniela Cepeda, la exgerente de Carnaval S.A. Marcela Blanco, el docente e investigador de cultura del arte picotero, Néstor Martínez, y la directora de Uninorte FM Estéreo, Giselle Massard.
El encuentro inició con una discusión sobre la protección de la tradición de las danzas, bailes y manifestaciones. "Estas festividades que vivimos hoy en día son muy distintas a las que se celebraban hace 50 años: cómo se vestían, de qué forma bailan. Todo eso hay que documentarlo. El Carnaval se ha venido transformando con el tiempo, y con él nosotros como sociedad", afirmó Massard.
Por eso, una de las propuestas de la excapitana de la comparsa "Disfrázate Como Quieras" es la creación de un grupo interdisciplinario que vele todo el año por el Carnaval, que se reúna con los hacedores del mismo y que por ende entienda las
dinámicas que giran en torno a la fiesta, para de esta forma salvaguardarlo de la mayor manera posible.
"El dossier que se envió a la Unesco antes de ser declarado el Carnaval Patrimonio de la Humanidad es un excelente ejemplo, pero allí quedó, no evolucionó", dijo.
Para Daniela Cepeda esta crisis debe ser tratada con el apoyo de los hacedores, pues "son ellos los creadores de la fiesta y quienes más la conocen". El trabajo de ella se ha centrado precisamente en la salvaguarda de las tradiciones de las carnestolendas. "Me gusta la crisis, pues esto hace revaluar la fiesta desde todos los ángulos", indicó.
La exreina añadió que la culpa de que los ojos de la tradición se hayan fijado en otras atracciones y manifestaciones foráneas no está en ninguna entidad, sino en el barranquillero mismo. La invitación entonces fue a la reflexión personal frente a qué tanto se conoce de la fiesta, de sus raíces. "¿Conocemos lo que vamos a ver a la Vía 40 como espectadores?", se preguntó.
Actualmente, Cepeda se encuentra trabajando en un libro que se titulará "Carnaval de Barranquilla desde la mirada de sus artistas", una obra que espera lanzar a mediados de este año y que recogerá la visión de la fiesta a partir del quehacer de los hacedores del carnaval.
"Estamos trabajando con un grupo de aproximadamente 50 artistas con quienes hemos llevado a cabo un proceso social y humano de construcción de ciudadanía y fortalecimiento de su identidad. En este libro son ellos los protagonistas, así como debe ser el carnaval, pues realmente ellos son el capital humano a quienes le debemos que esta fiesta exista", aseguró.
¿Cómo regular una manifestación que es la antítesis del orden? Fue la pregunta que se hizo Marcela Blanca. De acuerdo con la ponente se desvió la atención ante la crisis por la que atraviesa la fiesta. "La responsabilidad no recae en quién debe tener el control de Carnaval, sino en respondernos como sociedad qué hacemos en carnaval: ¿admirar el trabajo de todo un año de las danzas y comparsas, o centrarnos en el desorden?", expresó.
Una cátedra de Carnaval
Entre las propuestas que surgieron del conversatorio por parte de los invitados y los estudiantes presentes fue la creación no impuesta de una cátedra de Carnaval en los Colegios de la región, que sirva como elemento educativo de las nuevas generaciones y que sea transversal a todas asignaturas.
El propósito de esta cátedra estaría en la formación de toda una generación que conozca desde el nacimiento de las festividades hasta su evolución y futuro, la historia de cada una de las danzas, el papel de los artistas y hacedores, así como el de los espectadores.
"Cada una de las danzas tradicionales del Carnaval tiene una historia, deja un mensaje y enseña un valor distinto", explicó Cepeda Tarud, quien aseguró que esto lo aprendió del exrey momo Álvaro Bustillo, quien además es docente de arte.
Por su parte, Néstor Martínez aseguró que los picós como elemento cultural de la ciudad y la región no tienen la culpa frente a las riñas y muertes violentas que giran en torno a los bailes amenizados por estos sistemas de sonido.
"Es la falta de oportunidades, de espacios de recreación, de zonas de esparcimiento y de actividades culturales, de la misma sociedad, pero no es culpa de la música que suena en los picós", señaló el docente.
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