El modelo de Barranquilla fue escogido para contar, en palabras del alcalde Jaime Pumarejo, de qué manera se proyecta con miras a los próximos años y cuáles son las claves que le permitirán a la ciudad ser un referente continental en la materia.
El alcalde Jaime Pumarejo manifestó ante las cámaras de la AFD que tras identificar una oportunidad para apostarle a la protección de los recursos naturales con los que cuenta la ciudad, empezaron las acciones para volverlo un motor de la economía, empoderando a los barranquilleros en su cuidado, para promover la generación de empleo y mejorar así la calidad de vida de todos.
“Haciendo un plan innovador creímos que podíamos recuperar nuestro medioambiente y generar calidad de vida. El plan lo enmarcamos en un paraguas que se llama biodiverciudad, que busca darle la importancia al medioambiente dentro de un entorno urbano y reconocer que una ciudad también puede ser sostenible con el medioambiente y tener espacios que se conectan con la naturaleza, y recordarles a los ciudadanos que están en un entorno natural”, manifestó.
Barranquilla fue la primera ciudad escogida de Latinoamérica por la AFD para aportar 120 millones de euros de manera directa a la ciudad, en el marco de la política de desarrollo y solidaridad en el exterior que impulsa el país europeo.
Los recursos hacen parte de los cupos incluidos en el Plan de Desarrollo y en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, concertado con el Ministerio de Hacienda y conocido y calificado por Fitch Ratings como AAA.
Los ejes a los cuales se destinarán los recursos desembolsados, ‘Soy biodiverciudad’ y ‘Soy equitativa, “están 100% alineados con el Acuerdo de París a favor del clima y 100% comprometidos por más cohesión social”.
La Agencia Francesa de Desarrollo, AFD, se destaca por ser precursora de proyectos que tienen como meta acompañar las transiciones ecológicas y sociales equitativas. Por esta razón, la financiación otorgada a Barranquilla estará enfocada: por un lado, en la biodiverciudad (protección de fauna y flora, reciclaje, arborización, gestión de los riesgos naturales y recuperación de los cuerpos de agua), y, por el otro, en la búsqueda de una mayor equidad (inclusión social, educación, servicios y espacios públicos).
Otra de las apuestas del Distrito es la ciénaga de Mallorquín, que el alcalde Jaime Pumarejo define como la “piedra angular” de Barranquilla como biodiverciudad, destacando que esta es la esquina más importante de Colombia, donde desemboca el río Magdalena, el cual le da vida a casi el 70% de los colombianos, pero además es el lugar donde se encuentra con el mar Caribe.
“En este punto vamos a recuperarla porque ahí en este momento estamos vertiendo agua residual y tenemos un proyecto para dejar de verter y tratar esas aguas. Además, recuperar todo ese sistema manglar, que lo que hace es ser un superárbol que retiene carbono y produce oxígeno”.
El alcalde Pumarejo recordó que está en marcha el proyecto para recuperar el tren turístico, que fue el tren con que se construyó Bocas de Ceniza, que conllevó a la creación del Puerto de Barranquilla.
“Este es el momento que nos permite encontrarnos con la naturaleza y darse cuenta que en Barranquilla no solo somos una ciudad comercial, industrial, sino que tenemos una alta vocación y potencial de ecoturismo”.
Asimismo, enunció el esfuerzo de las energías renovables con proyectos como la construcción de autogeneración solar en todos los edificios públicos, la construcción de granjas solares para la generación eléctrica y el primer proyecto de viento solar fuera de costa que hay en toda Colombia.
Así como tiene grandes proyectos ambientales, Barranquilla también está comprometida con la inversión social, donde se brindan oportunidades para todos sus habitantes por igual, por ser considerada una capital de puertas abiertas para todos los que llegan a crecer y salir adelante.