“Hoy es el Día Mundial de la Salud más triste de la historia de Brasil, con el país como epicentro de la pandemia mundial de Covid-19”, expresó Lula, a propósito de la fecha.
El expresidente deseaba que fuese un día de celebración, en el que todos y cada uno de los brasileños pudieran celebrar la conquista del derecho a la salud y, por tanto, la vida, apuntó.
No obstante, aclaró, no hay nada que celebrar cuando el descontrol de la pandemia provocó la muerte de casi tres millones de personas en todo el mundo, 330.000 de ellas solo en Brasil y continúa matando.
Según el exgobernante, desafortunadamente Brasil es un peligro mundial y “esta amenaza para el planeta tiene nombre y apellido: Jair Bolsonaro, un presidente de la República que niega sistemáticamente la ciencia y hace poco caso el sufrimiento del pueblo que juró defender”.
“Los profesionales de la salud tienen que luchar al mismo tiempo contra un virus mortal y contra la negligencia del gobierno, que carece de todo, desde equipos de protección personal, como mascarillas, hasta medicamentos de intubación y oxígeno”, denunció Lula.
De igual forma, las herramientas fundamentales para enfrentar el virus, la vacunación masiva, el distanciamiento social y el uso de mascarillas, son criminalmente boicoteadas por el Gobierno, resaltó.
Esta también es una jornada de luto, de compartir el dolor de millones de brasileños que perdieron madres, padres, hijos, hijas, amigos, y amores, apuntó el fundador y líder del Partido de los Trabajadores (PT), quien aseveró ser un día de lucha contra el genocidio.
Igualmente, para “reafirmar nuestro compromiso con la defensa de la vida... y de decir alto y claro que todo ser humano tiene derecho a vivir, a tener qué comer, a tener un trabajo decente, a vivir en un mundo más justo”.
Brasil acumula hasta el momento 340.776 muertos y 13.193.205 contagios de la Covid-19.